Ianus (Jano), era un dios
solar de origen etrusco-latino, que poseía la especial facultad de ver con toda
claridad, y al mismo tiempo, el pasado y el porvenir, y conocía por tanto el
comienzo y el fin de todas las cosas. Esto le ayudaba a regir con sabiduría
según las circunstancias del momento. Por ello el dios Jano siempre aparece
representado con dos cabezas que miran en sentido opuesto, porque todo pasaje
presupone dos lugares, momentos o estados de conciencia: aquel que se abandona
y aquel en el cual se penetra.
La figura del círculo va asociada a su nombre pues los romanos concebían por una parte, un tiempo eterno, duradero, cíclico, fuera del alcance humano, y por otra, un tiempo concreto, lineal, para actuar como humanos, para construir la historia. Desde nuestra perspectiva humana, a veces imaginamos el tiempo como algo lineal: todo empieza y todo acaba, nos empuja, aunque no queramos, siguiendo una única dirección. Pero tal vez, el único modo de entender el tiempo consista en pensar que es algo cíclico y causal...
En el "agonium"
del 9 de enero, la fiesta propia del dios Jano, los romanos regalaban al dios unas
tortas redondas, en forma de rueda que llamaban “janual”, metáfora de anillo
del tiempo, como deseo de un buen ciclo anual y que, con el paso del tiempo, originó lo que
hoy conocemos como Roscón de Reyes.
fantástico, siempre me ha interesado el origen pagano de las fiestas más que su transformación cristiana
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