Desde la lente de Weston, pasando
por el pincel de Rivera o la pluma de Poniatowska, hasta el lápiz del ilustrador
español Ángel de la Calle, se puede constatar que la personalidad y la obra de
Tina Modotti han sido motivo de inspiración para la creación artística a través
de múltiples manifestaciones a lo largo de muchos años.
Edward Weston fue el
primer artista seducido por su carácter enigmático. Los retratos que el afamado
fotógrafo estadounidense realizó de Modotti, son quizá los acercamientos más
claros que se tienen de la juventud de la artista nacida en la provincia
italiana de Udine en 1896. Tina, conoció a su mentor siendo su modelo. La
retrató desnuda y los resultados sacudieron la moral de la época.
Modotti
ejerció la fotografía de forma práctica, sin escuela de formación mas que las
enseñanzas del llamado padre de la fotografía estadounidense. De él aprendió su
técnica de doble revelado del negativo, la cual tiempo después sería nombrada
como “cristal” por un discípulo de ambos, Manuel Álvarez Bravo.
Pero no solo en el trabajo de
Álvarez Bravo se respiran las influencias de Modotti. El clásico filme ¡Qué
viva México! de Sergei Eisenstein atesora un archivo visual inspirado en la
foto fija de Tina así como la de otros fotógrafos del periodo; estética que,
junto con expresiones como las del taller de la gráfica popular, contribuyó a
configurar el “estilo mexicano” que marcó la cinematografía nacional y del cual
Emilio El Indio Fernández fue el máximo exponente.
A los 17 años de edad, Tina
Modotti llegó a la ciudad de San Francisco en Estados Unidos, donde trabajó
como obrera en una fábrica de textiles; posteriormente se trasladó a Los
Angeles donde apareció como actriz en películas de Hollywood dado su singular
belleza. El contacto con el cine le permitió conocer a los grandes
intelectuales estadounidenses de la época, entre ellos el poeta Roubaix de
L’Abrie Richey, su primer marido.
Elena Poniatowska se interesó también en la
vida de la fotógrafa, y ello se tradujo en Tinísima (Era, 2004), biografía que
describe los 46 años de una vida de arte y revolución y que se lee amenamente
gracias a la narrativa de Elena.
Diego Rivera la pintó en sus murales
resaltando su figura de luchadora social. Se le puede apreciar desnuda en la
pieza. La tierra dormida y en La tierra oprimida en la serie de murales Del
Desarrollo Social, en el mural de Chapingo; así como en la obra que se
encuentra en el edificio de la Secretaría de Educación Pública donde la representa
con una canana entre las manos al lado de Frida Kahlo, Vittorio Vidali, David
Alfaro Siqueiros y Julio Antonio Mella en el tablero Entrega de arsenal, del
conjunto Corrido de la Revolución.
Para el ilustrador español Ángel de la
Calle, la presencia del nombre Tina Modotti bajo el calificativo de “exótica
aventurera” que Olivia Gall emplea para referirse a la artista en el libro La
muerte de Trotsky, despertó su inquietud por la vida de esta mujer
revolucionaria.
Fue así que recreó su vida a través de un cómic intitulado Tina
Modotti, una mujer del siglo XX (Sin sentido, 2012). La publicación habla de la
mujer protagonista de capítulos convulsos de la primera mitad del siglo XX:
nace en la Italia provincial, vive los momentos bohemios de San Francisco y Los
Angeles, se asombra con el muralismo mexicano y sufre las consecuencias de la
Guerra Civil Española.
Víctor Hugo Rascón Banda escribió
una pieza teatral dedicada a la fotógrafa bajo el nombre Tina Modotti. Apenas
en agosto pasado, la cineasta mexicana Laura Martínez dio a conocer su
documental
Tina Modotti. El dogma y la pasión, en el que explora la obra de la
mujer que comenzó a tomar fotografía artística en 1921. La pieza de 52 minutos
de duración ofrece una visión integral del personaje al abarcar su obra
fotográfica, su vida personal y su militancia en el Partid Comunista.
Tina Modotti perdió la vida el 5
de enero de 1942, a causa de un ataque cardíaco mientras viajaba en el interior
de un taxi en la Ciudad de México.
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Comunicado No. 3/2013
05 de enero de 2013